Antes que nada debes lavarte las manos. Inicia dando un ligero masaje al pezón con tus dedos para que este se ponga firme, y pueda ser fácilmente tomado por el bebé. Toca el labio inferior del niño para que abra la boca y de esta manera puedes introducir tanto el pezón como la areola. Si el bebé hace presión con sus labios y encías en la areola no te lastimara el pezón.
El tiempo de amamantar varía en todos los niños. Depende también de la edad del bebé, la capacidad para succionar, técnica adecuada y el estado de hambre en el que se encuentre. No existe un tiempo específico, si la producción de leche es suficiente, tiene buena succión y la técnica es la adecuada puede que no necesites llevarlo al otro pecho, el solo se retirará. Si ya terminó de un lado y aún sigue con hambre ofrécele a tu bebé el otro pecho.
Es importante lograr el vaciamiento de leche del seno materno, ya que las propiedades de la leche son diferentes. Las grasas se acumulan al final de la toma, lo que provocará que el bebé tenga una mejor sensación de saciedad. Cuando haya terminado de comer rompe el vacío que se genera en al cavidad oral del bebé, introduciendo suavemente tu dedo índice en la boca del bebé.
Si ya está satisfecho y vació el pecho, ofrece en la siguiente toma el otro lado.
Háblale, acarícialo y míralo a los ojos mientras le das de comer. A esta edad pude ver a una dsitancia de 30 cm y tiene predilección por los rostros.
Lo que más nos puede preocupar es la incertidumbre de no saber si la leche que toma del pecho directo es suficiente.
Esto es importante porqué debemos de considerar la hidratación y la ganancia de peso.
Al dar directo al seno materno podemos encontrar algunos datos que sugieran una adecuada trasferencia de leche, por ejemplo, durante la alimentación la madre puede llegar a sentir hormigueo, sed o placer.
Al retirar al bebé o retirarse por que se ha saciado, observaras que aún puede existir goteo de leche. Considéralo para ofrecer la siguiente toma.
Los bebés no tienen prisa por comer, a veces son las nuestras las que nos presionan.
Te sientas con la espalda recta con una almohada en tu espalda. Colocas al niño sobre un brazo, de tal forma que se puedan sostenerle la espalda y con la mano del mismo brazo le sujetas las nalgas y piernas. Con tu otra mano libre sujeta el seno en forma de C, con el pulgar por arriba y los otros dedos por debajo.
Te acuestas de lado con almohadas en tu espalda. El bebé y tú estarán frente a frente. Tu brazo sobre el que estás acostada lo puedes usar para acercar al bebé y el otro brazo lo usas para sujetar el seno.
Te sientas con la espalda recta. Con la mano sujetas la cabeza, con el brazo la espalda del bebé, y sus piernas quedarán entre tu codo y las costillas. De esta manera le acercas el pecho del mismo lado.